Kirguistán (en kirguís:
Kyrgyzstan; en ruso:
Kirgiziya), también conocido
como Kirguizistán o
Kirguisia, y oficialmente
como República Kirguisa (en
kirguís: Кыргыз Республикасы;
en ruso: Кыргызская
Республика), es un
país montañoso de Asia
central, sin salida al mar y
que comparte fronteras con
la República Popular China,
Kazajistán, Tayikistán y
Uzbekistán. Su capital y
ciudad más poblada es
Bishkek. A pesar de la lucha
de Kirguistán para la
estabilización política de
los conflictos étnicos, las
revueltas, los problemas
económicos, los gobiernos de
transición y los conflictos
de los partidos políticos,
mantiene una república
parlamentaria unitaria. Una
revolución en abril de 2010
derrocó al ex presidente
Kurmanbek Bakiyev y dio
lugar a la adopción de una
nueva constitución y el
nombramiento de un gobierno
interino. Las elecciones
para el Canciller Supremo de
Kirguistán se celebraron en
noviembre de 2011. El idioma
nacional, kirguís, está
estrechamente relacionada
con las otras lenguas
turcas, con las que comparte
fuertes lazos culturales e
históricos. Kirguistán es
uno de los miembros activos
del Consejo turco y la
comunidad TÜRKSOY.
Kirguistán es, también,
miembro de la Organización
de Cooperación de Shanghai,
la Comunidad de Estados
Independientes, la Comunidad
Económica de Eurasia, el
movimiento de Países No
Alineados y la Organización
de Cooperación Islámica.

Vista general de Biskek,
capital de Kirguistán.
Kirguistán es una república
democrática de carácter
laico, según lo descrito
desde la Constitución de
1993. El 27 de junio de 2010
se aprobó un referéndum que
incluía una serie de cambios
importantes en la estructura
política del país. De
acuerdo a la nueva
Constitución aprobada, se
establece un sistema de
balances entre el Ejecutivo,
el Legislativo y el
Presidente inéditos en la
región de Asia Central. De
esta manera, el poder
legislativo descansa en un
parlamento, denominado
Jogorku Kenesh, compuesto
por una única cámara de 120
diputados. Mediante la
reforma se estableció que
ningún partido pudiera
controlar más de 65 escaños,
con la intención de evitar
mayorías absolutas que dejen
inoperantes al resto de
partidos. Al contrario, se
aseguran algunos derechos a
los partidos minoritarios,
como las presidencia de los
comités de presupuesto y
asuntos legales. Asimismo,
se incluyen limitaciones a
la inmunidad de los
diputados. Actualmente, el
Jogorku Kenesh está formado
por parlamentarios de cinco
partidos: Ata-Jurt, Partido
Social-Demócrata de
Kirguistán, Respublika, Ar-Namys
y Atá-Meken, con una
coalición que deja a Atá-Jurt
como único partido de
oposición. El poder
ejecutivo corresponde al
Primer Ministro y su
gobierno. Desde la reforma
de 2010, el gobierno
mantiene gran parte de las
atribuciones ejecutivas,
aunque muchas de ellas
tienen que ser aprobadas
previamente por el
parlamento. La figura del
presidente es la que más
recortes ha sufrido con la
reforma constitucional.
Sigue manteniendo el papel
de Jefe del Estado, con
prerrogativas sobre el
ejército y los organismos de
seguridad estatal. Pero, por
ejemplo, sus mandatos se han
reducido a sólo uno de seis
años de duración, y el
parlamento ejerce un mayor
control sobre su figura. La
máxima instancia judicial es
el Tribunal Supremo. En
orden descendente están los
Tribunales regionales y
locales. Existe asimismo un
Tribunal Superior de
Arbitraje. Para salvaguardar
la Constitución existe un
Tribunal a tal efecto.
Actualmente hay un proceso
en marcha de profunda
reforma del sistema
judicial, y que introducirá
cambios relevantes en el
mismo y con relación a los
otros poderes del Estado.

Bazar Dordoy en la ciudad de
Biskek.
La
economía de Kirguistán ha
sido predominantemente
agrícola y ganadera, hasta
que las medidas
industrializadoras de los
sucesivos gobiernos
soviéticos provocaron una
creciente industrialización
en casi todos los antiguos
territorios de la Unión
Soviética. A pesar de todo,
la agricultura y la
ganadería constituyen más de
la mitad del empleo de la
población activa, y
alrededor de un 40 por
ciento del Producto Interior
Bruto. En todo el país,
especialmente en las zonas
accidentadas, se da
especialmente la ganadería
(ovejas, caballos y reses).
En las zonas más bajas y
llanas, existe un fuerte
sector agrícola del algodón,
y frutas, resultado de una
irrigación extensiva.
También se cultivan tabaco,
seda y flor de opio.
Actualmente, más del 20 por
ciento del PIB del
Kirguistán proviene del
sector industrial,
especialmente relacionado
con el gran potencial minero
de sus tierras. La
extracción minera de oro,
carbón, antimonio y uranio,
entre otros, ha supuesto un
importante acicate para la
rápida industrialización.
Existen además, depósitos de
petróleo y gas natural,
descubiertos recientemente
en el valle de Fergana, pero
no consiguen satisfacer la
demanda interna. La
industria transformadora del
cuero, lana y carne es
relativamente importante.
Los ríos Naryn y Chu son
utilizados para la
producción de energía
hidroeléctrica, pero en el
Kirguistán existe un gran
potencial en este tipo de
energía aún por desarrollar.
A pesar de los grandes
créditos otorgados por los
países occidentales y el
Fondo Monetario
Internacional (FMI),
créditos condicionados a la
liberación de la economía y
a la apertura internacional,
la República de Kirguistán
ha tenido dificultades
económicas tras la
independencia. Inicialmente,
estos problemas fueron
resultado de la quiebra de
los intercambios económicos
con el bloque soviético, que
resultó en una pérdida de
mercados, e impidió la
transición a una economía de
libre mercado. El Gobierno
ha reducido los gastos,
acabando con la mayor parte
de los precios subsidiados,
e introduciendo un impuesto
de valor añadido. Con esto,
el Gobierno se muestra
confiado en la transición a
una economía de libre
mercado. Con la
estabilización y reforma
económica, el Gobierno busca
establecer un patrón de
crecimiento constante a
largo plazo. Estas reformas
permitieron a Kirguistán
acceder a la Organización
Mundial de Comercio el 20 de
diciembre de 1998.
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